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EL DISCO DE LA ABUELA de Juan Carlos Villalba

1)  ¿Qué dice la canción Abu..? - preguntaba yo  No se…mi amor…no se - contestaba emocionada.  ¿Y entonces porque lloras?  Tampoco lo se – decía – y se quedaba mirando a lo lejos, mientras me acariciaba entre melancólica y feliz.  Esta escena se repetía casi todos los domingos en casa de la abuela cada vez que ponía a sonar su disco preferido. Aquella música y esa voz maravillosa que cantaba en un idioma por entonces extraño para mí, me sugería  imágenes surrealistas, una especie de   pájaro inexplicable que cambiaba de formas y colores, según el momento y el tono de la melodía. Pero…              Porque lloraba la abuela..? Porque muchas veces terminamos abrazados y lagrimeando..? Que poder tenia aquella música para conmovernos de esa manera..? Durante muchos años me lo pregunte. 3)   Con el tiempo, convertido en adulto y amante de la música clásica, supe que aquel idioma era el francés, que aquella mujer de voz insuperable era María Callas, que el aria que

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Eduardo Galeano y Günter Grass: las letras están de duelo. Han muerto dos de sus amantes

"No sé cuánto va a durar este sueño, pero decido vivir cada momento como si fuera el último. Y veo que el éxito me abre la puerta que esperaba". El Zahir (Paulo Coelho)

Eduardo Galeano y Gunther Grass, modelos de escritor comprometido con la historia: Con diferencia de minutos, se anunció esta mañana dos malas nuevas: murieron en Uruguay y Alemania dos narradores reconocidos y polémicos del siglo XX que, además de decir verdades, enriquecieron la literatura.

Lunes 13 de abril. Día triste para la literatura universal. Murieron dos narradores muy reconocidos, dos símbolos del compromiso político del intelectual, dos voces potentes desde una perspectiva de izquierda. El mundo ha perdido al alemán Günther Grass, Premio Nobel 1999, y al uruguayo Eduardo Galeano, cuyas denuncias contra el imperialismo occidental en formato de libro han sido algo así como la iniciación ideológica de varias generaciones en América latina.


Mal día para la izquierda, amigos. Tanto Grass como Galeano (¿se conocían?) hicieron del compromiso con las causas progresistas su razón de ser intelectual. La vehemencia al defender esas causas siempre le han acarreado críticas feroces, por un lado, y la adhesión incondicional de millones de jóvenes de Europa y América latina, por el otro. «La historia se ha interpuesto en mi camino. No había forma de esquivarla. Hasta mis escapadas artísticas más audaces volvían a llevarme, una y otra vez, a su curso meándrico. Desde mi primera novela hasta el último hijo de mi capricho, yo he sido su rebelde servidor», afirmaba Günter Grass, en su discurso de aceptación del Premio Príncipe de Asturias, en 1999. Eduardo Galeano hubiera dicho algo parecido.

En lo estrictamente literario, si ambos se hermanaron por su fidelidad al mensaje por encima de cualquier otras consideración, la forma los separó. Mientras que la prosa de Galeano es límpida y sabrosa como el agua de montaña, con metáforas rotundas que atrapan la imaginación, la escritura de Grass es alambicada, difícil, con párrafos macizos que exigen toda nuestra atención. Ambos urdieron sus textos a fogonazos. Otro elemento común es el amor por la sentencia rotunda y afilada. El uruguayo solía usar la brevería con la destreza del espadachín. Puede que los tres tomos de Memorias del fuego hayan sido su obra mejor lograda, aunque no tuvo la inmensa repercusión de Las venas abiertas de América latina, un best seller desde su primera publicación. ¿Lo habrá leído Barack Obama? ¿Recuerdan cuando Hugo Chávez le obsequió un ejemplar en una Cumbre de las Américas? Eduardo Germán María Hughes Galeano, por cierto, publicó más de treinta libros, sufrió el exilio y fundó en Buenos Aires una revista mítica y militante de los setenta: Crisis. Fue un admirador incondicional de Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales. // Fuente: wwww.enorsai.com.ar

"Cuando el alma camina de acuerdo a sus sueños, da alegría a Dios" Maktub (Paulo Coelho)

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